sábado, 31 de diciembre de 2011

Balance de este año

2011, otro año más que se pasa en mi vida, y esta vez, fugazmente. Este año ha tenido momentos de todo tipo, algunos inolvidables, y otros que deseo olvidar, pero vayamos poco a poco...

Al empezar el año no me esperaba para nada que terminara igual. Pasaba por mitad de segundo de bachillerato y la relación entre mis compañeros de clase mejoraba poco a poco, a pesar del agobio pre-selectividad al empezar el año y algunas recuperaciones de exámenes que estaban por ahí. El instituto que estaba enfrente de mi casa se tuvo que demoler, y mis compañeros y yo nos mudamos de sitio: un instituto totalmente nuevo con características parecidas a la de una cárcel. Tuve que adaptarme a la 'comodidad' de ese nuevo instituto y seguir con los estudios hacia delante. El último curso de bachillerato se me hizo un poco difícil, pero mis notas fueron más altas que las del curso anterior. Mi rendimiento en los estudios cambió notablemente. 

Mi semana santa sí que fue distinta: viajé a Mallorca. Estas fueron mis 'vacaciones' de este año con mis padres, y fueron inolvidables: conocí a gente muy maja de Twitter, vi otros paisajes, me medio-bañé en la playa aún siendo principios de abril... Además, fue la primera vez que me subí en un avión, y eso fue fantástico. En este mes también pasaron otros grandes momentos, como la visita al parque arqueológico de mi pueblo y la iniciación del curso en ayudante de arqueología junto con mis compañeros de clase. Fue una gran experiencia y conocí cosas que no sabía de la historia de mi pueblo.

Llegó mayo, y llegó el estudio intensivo para terminar el curso y para afrontar la selectividad. También fue la cena de fin de curso, en cuya cena me lo pasé genial. Recuerdo los negros que estaban mis pies como consecuencia de quitarme los tacones del dolor de bailar y el posterior baile que me marqué junto con las de mi clase. Parecía una loca.

Horas sin dormir y agobio por creer que no podría con la selectividad hicieron que tras pasarla satisfactoriamente se me abriera una gran sonrisa en mi cara, una sonrisa que significaba que lo más difícil había pasado. Las merecidas vacaciones habían llegado, y tras de sí, la fiesta de fin de curso, el portátil que tanto esperaba, obra en mi casa...

Pero el verano de este año sí que fue extraño. Pasaron cosas que no voy a olvidar jamás, cosas buenas y cosas malas. Tuve mi primera salida al extranjero: Londres. Se resume en una sola palabra: increíble, pero esto no fue lo único que me pasó y que caracterizase tanto a este verano. Otras 'vacaciones' hicieron que creciera más como persona, y que me diera cuenta de cómo son algunas personas y cómo tengo que actuar ante ellas. 

Junto a esto, también pude conocer a más personas de Twitter y pasarlo realmente bien, pero también pasarlo mal. El motivo de esos malos momentos estaban en las anteriores entradas de este blog, pero no quiero volver a repetirlo, ni recordarlo. Fue un verano que, a parte de esperar cuál era mi futuro universitario, hizo que mi vida cambiara en gran parte, y que este blog, cambiara también.

Las cosas cambiaron cuando me convertí en universitaria. Todo fue muy rápido: buscar piso, hacer los trámites mientras que estaba en Londres... Al principio me lo tomé bastante mal, ya que yo quería estar en otra universidad en la que estoy, con mis amigas de clase, pero me he dado cuenta que el destino existe y me ha convertido realmente en una persona super feliz. Entrar en la universidad ha sido mágico. Estoy bastante orgullosa de haber conocido a grandes personas en ella, y de que dos de ellas se hayan convertido en mis mejores amigos. Esta nueva etapa de mi vida ha sido la que más ha caracterizado a este 2011, una etapa que no olvidaré jamás. Todavía no me lo puedo creer.

Espero que este año que entra sea en gran parte bueno para mi vida. Intentaré mejorar como persona -como todos los años- y hacer que los demás sean felices conmigo.
Adiós, 2011.

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